Este año 2018 está a punto de terminar y es momento de dejar atrás lo que hay que dejar. Es momento de aprender de lo hecho y de lo no hecho hasta ahora. ¿Has fracasado, te has equivocado o has metido la pata alguna vez?
¿Y quién no?
La cuestión que debes plantearte no es esa, sino qué has aprendido en cada ocasión y cómo has reconducido las cosas.
Cada vez, me fascinan más los niños, cuando aún son muy pequeños, cuando aún no los hemos adoctrinado. Por eso he puesto esa frase. Por eso y porque esta última Luna Llena del año también es evocadora de los primeros años de vida y te recuerda que el niño que fuiste sigue latente en tu interior.
Para los niños, no existe el fracaso, esa palabra que hemos inventado los mayores y que tanto temor inspira. Un niño se cae y se levanta, y vuelve a caminar como si nada. Un niño despierta cada mañana enchufado a la magia del mundo y a su propia imaginación. Un niño vive y se maravilla, sin distinguir entre éxito y fracaso. Un niño experimenta.
¡Vive como un niño, vive sin miedo, vive con energía!
Ojalá el próximo año 2019 seas más niño y entiendas que el único fracaso es dejar de soñar, dejar de intentarlo!
Además, aquí tienes dos recomendaciones especiales para guiarte en el nuevo año y para poner en práctica un plan con el que mejorar tu vida. Dos obras que no solo debes leer, sino aplicar a tu vida diaria: